Doble Moral de Occidente Frente a la Tragedia del Pueblo Afgano

Por: Mariana Guaitipán

A los Estados Unidos de América no le bastó con los daños producidos durante 20 años al pueblo de Afganistán, que desde la invasión a este país asiático viene sufriendo bajo la excusa de EEUU de la “guerra contra el terrorismo” luego del atentado el 11 de septiembre a las torres gemelas.

Ahora, con su abrupta retirada “progresiva”, acordada en el mandato del impulsivo y caótico Donald Trump e implementada por el presidente Joe Biden han dejado a Afganistán a la intemperie.

Claro está que dentro de los intereses de EEUU al invadir este país nunca estuvo realmente la contención de “grupos terroristas” ni el resguardo del pueblo afgano. EEUU en su afán por ocupar lugares geoestratégicos con el objetivo de intentar salvar su hegemonía imperial ante la creciente influencia política y económica de países como China y Rusia ha inventado un sin fin de parapetos, en “defensa de la democracia”, la ”seguridad de la población” y la “lucha contra las drogas” como suelen hacer cuando necesitan invadir algún país.

Esta región tiene gran importancia internacional, no solo por su territorio como tal. Afganistán es actualmente el mayor productor y procesador de opio y heroína a nivel mundial. La siembra de amapola aumentó progresivamente luego de la invasión de EEUU y de hecho la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Crimen (ONUDC) estimó que la siembra de amapola en el país alcanzó 224000 hectáreas para el año 2020, lo cual representa tres cuartas partes de la producción ilícita mundial como se muestra en la gráfica 1.1

Gráfica 1: Producción de amapola en Afganistán entre los años 1994-2020 (hectáreas)

Para nadie es un secreto que la población de EEUU sufre actualmente una epidemia por abuso de opiáceos que producen trastornos mentales y hasta muertes, esto representa un lucrativo negocio de miles de millones de dólares para poderosos grupos traficantes. Nos preguntamos entonces ¿A qué tipo de lucha contra las drogas se refiere Washington?

Otro de los objetivos de la agenda hegemonista imperial del gobierno de G. W. Bush al planificar la invasión a Afganistán en 2001 era apoderarse de parte del control del transporte petrolero que mantiene Rusia en la región de Eurasia, además de rodear militarmente a Irán, Siria e Irak. Su derrota representa un fracaso en su fallida estrategia militar.

Gráfica 2: Red de gasoductos Europa

Fuente: https://mapasinteractivos.didactalia.net/

Por otra parte, a pesar de que se conocen las malas condiciones de las mujeres bajo el gobierno del grupo fundamentalista de derecha talibán es una revictimización hacia las mujeres afganas que los y las supremacistas del norte global hipócritamente “denuncien” a partir de ahora, con ideas cargadas de islamofobia la triste situación que se vive en este país. ¿Por qué las organizaciones de protección para las mujeres no intervinieron mucho antes si el patriarcalismo se mantuvo durante todo el intervencionismo de Estados Unidos en la región?

Nadie habla de las violaciones y abusos sexuales a mujeres afganas por parte de soldados estadounidenses, práctica que han mantenido también en sus intervenciones en Irak y en Colombia. Las violaciones a mujeres por parte de los ejércitos no son errores ocasionales o daños colaterales, son parte de una política patriarcal de guerra contra el enemigo que históricamente instrumentaliza la violencia sexual contra las mujeres, el cuerpo de las mujeres es utilizado unas veces como botín de guerra y otras como forma de minar la moral de los pueblos en donde se interviene.

Tampoco se habla de la violencia sexual y el patriarcalismo ancestral que sufren mujeres en otras latitudes como en Europa, Norteamérica y Latinoamérica. De hecho 1 de cada 6 mujeres estadounidenses es víctima de intento de violación o violación consumada como lo reportó un estudio reciente del RAINN (Red nacional contra las violaciones, el abuso sexual y el incesto)2

Esta misma red denuncia también que 6053 miembros (mujeres y hombres) del ejercito estadounidense reportaron abusos sexuales durante su servicio militar y que las mujeres de pueblos originarios de Norteamérica presentan doblemente riesgo estadísticamente de sufrir violaciones y/o abuso sexual en comparación con las demás poblaciones.

Para Europa el panorama no es muy distinto. De acuerdo con la oficina de estadísticas de la Unión Europea la policía reportó un total de 21500 casos de crímenes sexuales en 2015 con unos 80.00 de estos siendo violaciones. Suecia se encuentra en primer lugar en cuanto a ofensas de violencia sexual en la población, presentando 178 crímenes sexuales violentos por cada 100.000 habitantes.3

Además, en EEUU hay estados que constitucionalmente toleran prácticas fundamentalistas religiosas que ejercen la poligamia y mantienen a las mujeres en condición de sometimiento sin derecho a decidir en casi ningún aspecto de la vida social e incluso familiar. Son conocidos los pleitos jurídicos que han tenido iglesias como los Apostolic United Brethren, la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, así como los mormones fundamentalistas.

 

 

En general el establishment norteamericano comparte intereses económicos, políticos e ideológicos con diversos sectores del fundamentalismo cristiano, “la invocación de la fe para fines de dominación y uso del poderío político-militar es uno de los principios fundamentales de la corporación militar que gobierna al pueblo de los EEUU”.4

Ha sido ostensible el apoyo en votantes y dinero del fundamentalismo evangélico que propició precisamente la elección de Bush, así como los pastores protestantes más radicales que apoyaron a Obama. El caso más curioso y preocupante fue el de Trump, quien fue apoyado no solo por presbiterianos, sino también por grupos supremacistas fundamentalistas como los Leales Caballeros Blancos del Ku Klux Klan, de Carolina del Norte que hicieron parte del soporte de su campaña.

Esta realidad pone de manifiesto la doble moral de occidente, que como reza el viejo refrán: ve la astilla en el ojo ajeno, pero no ve la biga en el ojo propio.

Los medios de comunicación de las grandes corporaciones y las redes sociales como el New Yok Times, National Review, el Washington Post y la CNN de manera indolente han alcahueteado e incluso apoyado las acciones demenciales, el racismo y la islamofobia de los gobiernos de EEUU desde la invasión y durante estos 20 años generando en la población estadounidense la idea de que medio oriente representa una amenaza terrorista para el norte global y dibujando los soldados del ejército de EEUU como héroes de la patria.

Es importante resaltar que la mayor parte de los soldados que son enviados a la guerra vienen de los estratos socioeconómicos más bajos de la población estadounidense, son hijos de latinos inmigrantes, negros y pobres quienes han sido usados como carne de cañón en las guerras sin sentido del gran capital que se concentra en unas cuantas corporaciones, muchas de ellas de la industria armamentista y farmacéutica. Se calcula que aproximadamente 2.400 negros y latinos de escasos recursos han perdido su vida en el transcurso de estos 20 años de guerra contra el pueblo afgano.

Associated Press5 estima que murieron 66.000 miembros del ejército y de la policía de Afganistán y una cifra mucho más aterradora aún son los 47.245 civiles que murieron durante los enfrentamientos y en atentados durante estos 20 años. Del lado del supuesto “enemigo” se estima que murieron 51.1991 talibanes.

Ha sido suficientemente documentada la forma en que Estados Unidos mismo engendró a los Talibanes cuando durante los gobiernos progresistas afganos de los años 80 apoyó las milicias Muyahidines con la intención de frenar la influencia de la Unión Soviética en esta región.

Estas milicias financiadas, entrenadas, armadas e ideologizadas por Estados Unidos y Arabia Saudita que incluso llegaron a llamarlos en EEUU “Combatientes de la libertad” fueron el caldo de cultivo para el Talibán.

Este apoyo a lo que más tarde se autodenominaba Talibán se dio a través de una operación a la que se le llamó «Operación Ciclón» y fue descrita por la prensa de la época como la «mayor operación encubierta en la historia de la CIA. Del mismo modo se ha dado la intromisión y financiación de Europa y EEUU en Irak, Libia y Siria donde alentaron y alimentaron al Estado Islámico (ISIS).6

Con esto se demuestra que el apoyo al terrorismo fundamentalista de Medio Oriente no son solo acciones de oportunismo táctico, sino que hacen parte de toda una estrategia político-militar de hegemonía sobre esta región. Un formato que se ha aplicado por Estados Unidos y Europa no solo en Siria, Libia, Irak, entre otros, sino en otras partes del mundo como Colombia en el caso de los paramilitares y Nicaragua con la creación de la Contra-nicaragüense.

En últimas, EEUU tuvo que reconocer su vergonzosa derrota que recuerda al final de la guerra en Vietnam. El gobierno de Biden supo que ya era hora de retirar sus tropas de Afganistán. A pesar de que el presidente estadounidense había afirmado que la retirada sería “ordenada y segura para el personal” el mundo entero pudo ver a través de los medios de comunicación y las redes sociales el caos y las dolorosas imágenes del aeropuerto de Kabúl con personas intentando abordar los aviones que partían hacia algún lugar de refugio y que parecían hormigas atacando restos de comida caídos al piso.

No hay como revertir las pérdidas económicas y sociales que representa esta guerra para el pueblo afgano, una economía destrozada, precarios servicios públicos y de salud, niveles de desarrollo social por el piso, entre otros. Para el gigante del norte su aventura en Afganistán le costó más de 2 billones de dólares, 2.400 soldados muertos y una gran inversión en armamento que ahora quedará en manos del Talibán, dentro de este armamento se cuentan más de 22000 vehículos, 44 aviones y helicópteros, 40000 armas entre otros.

Entre tanto los jefes de gobierno y grupos poderosos de Europa se mantienen en silencio, voltean la cara y evitan emitir expresiones ya que momentáneamente no les conviene un enfrentamiento con Rusia o con China y no quieren ser objeto de la actitud frenética guerrerista de Biden y sus secuaces.

La Actitud de Europa ha sido de doble moral, ha mantenido un silencio cómplice pues evidentemente su participación en esta guerra ha sido de forma directa ya que EEUU ejecutó sus operaciones militares en Afganistán en coalición con la OTAN, de la cual participan todas las potencias europeas.

Y a todas estas el pueblo de Afganistán queda despojado de su estabilidad económica, social y política, sin sus derechos humanos más básicos y con sistemas precarios de salud y servicios públicos. Ya nadie responde por su sufrimiento. Aproximadamente 12 millones de habitantes de un total de 28 millones de habitantes se encuentran desempleados, existe un 85% de analfabetismo (mayormente las mujeres), las condiciones de acceso a agua potable y alcantarillado son casi nulas, apenas un 13% de la población tiene acceso a agua potable.

Además, se estima que un 55% de los niños y niñas padecen de malnutrición y a diario mueren casi 600 menores por enfermedades evitables. Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) Afganistán tiene una de las mayores tasas de mortalidad infantil en el mundo con 170 por cada 1000 nacidos vivos. Actualmente la esperanza de vida en este país es de 43 años. 7

En definitiva, la historia de este aguerrido pueblo ha demostrado que su desgracia parte de la enorme significación geoestratégica de este territorio en el dominio global por sus rutas y corredores, que se usan tanto para los recursos minero-energéticos que consume occidente, como para la acumulación de los capitales ilegales del tráfico de estupefacientes, y también para los proyectos de movilidad de mercancía como es el caso de la nueva ruta de la seda.

De este modo los grandes centros de acumulación como EEUU se lamentan con declaraciones políticas del sacrificio humano de los soldados estadounidenses y de las implicaciones económicas como también de la situación lamentable las mujeres bajo el régimen talibán, paralelamente ponen el dinero y las armas para la guerra y siguen financiando grupos extremistas, mientras tanto, los afganos y las afganas siguen poniendo los muertos.

1 Informe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Crimen (ONUDC) para el cultivo y la producción de opio en Afganistán año 2020

2 RAINN (Rape, Abuse & Incest National Network) https://www.rainn.org/statistics/victims-sexual-violence

3 Crímenes sexuales violentos reportados en la Union Europea (Eurostat) https://ec.europa.eu/eurostat/en/web/products-eurostat-news/-/edn-20171123-1

7 Los fracasos de Washington en Afganistán. Por: Hedelberto López Blanch https://rebelion.org/los-fracasos-de-washington-en-afganistan/