Parcial levantamiento de sanciones de EE.UU. a Venezuela ¿Bendición o maldición?
Por: Elizabeth Daza
El pasado 17 de mayo el gobierno de EE.UU. anunció que flexibilizará algunas de las sanciones económicas impuestas contra Venezuela, sus instituciones y algunos de sus gobernantes pero ¿Cuáles son realmente las implicaciones del levantamiento de algunas de estas y cómo afectará esto al pueblo venezolano?
El anuncio fue dado a través de una llamada telefónica a periodistas a través de un alto funcionario del gobierno de Joe Biden el cual pidió que se mantuviera su anonimidad y quien informó que se autorizará a la compañía petrolera estadounidense Chevron iniciar conversaciones con la estatal venezolana PDVSA.
«El Departamento del Tesoro, con el apoyo del Departamento de Estado, ha emitido una licencia limitada que autoriza a Chevron a negociar los términos de posibles actividades futuras en Venezuela. No autoriza la celebración de acuerdos con PDVSA ni otras actividades que impliquen a PDVSA o al sector petrolero venezolano, así que, fundamentalmente, lo que están haciendo es dejar hablar» declaró el funcionario.
De esta manera queda claro que las intenciones del gobierno de Biden se limitan únicamente a una pequeña fracción del total del bloque económico que acecha a la población venezolana la cual se ve afectada por las sanciones en temas tan vitales como la salud y la alimentación.

Además, el 05 de Junio, por transmisión en cadena nacional el presidente Nicolás Maduro anunció que Estados Unidos había autorizado a dos petroleras europeas a cargar petróleo desde Caracas sin enfrentarse a las sanciones impuestas por Washington. La petrolera española Repsol y la italiana Eni comenzarán a enviar petróleo venezolano a Europa a partir del próximo mes para compensar el veto al crudo ruso.
Fuente: https://elpais.com/economia/2022-06-05/repsol-empezara-a-enviar-crudo-desde-venezuela-a-europa.html
Petróleo venezolano y relaciones económicas con Estados Unidos
Para contextualizar un poco lo que está detrás de esta aparente flexibilización de las sanciones es importante saber que Chevron es una de las principales compañías estadounidenses petroleras privadas en Venezuela.
Sin embargo la Chevron había minimizado su presencia en Venezuela, delegando la mayoría de las decisiones a la empresa estatal PDVSA, luego de que Washington endureciera las sanciones en 2020.
EE.UU. ha venido imponiendo sanciones a Venezuela desde el año 2015 argumentando “razones de estado” contra el gobierno de Chávez inicialmente y posteriormente contra el gobierno del actual presidente Nicolas Maduro, aplicando de esta manera una de sus estrategias de injerencia en la región sudamericana para forzar un cambio de poder en el país.
Vale mencionar que Venezuela tuvo una baja de la producción de petróleo incluso antes de las sanciones impuestas por EE.UU. pero como es de esperar, esta disminución aumentó aún más desde el inicio de las sanciones en 2019.
Para el año 2018 Venezuela produjo 1,5 millones barriles de petróleo por día lo cual representó uno de los momentos de menor producción en una década, esto se dio antes de que se impusieran las sanciones petroleras a principios de 2019.
Producción petrolera de Venezuela aumenta un 4 % en febrero, reporta la OPEP
Para el mes de marzo de 2022 la producción petrolera de Venezuela aumentó en febrero un 4 % con respecto al bombeo de enero, de acuerdo con el reporte publicado en ese mes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), basado en cifras oficiales.1
Actualmente EE.UU aplica sanciones a Rusia y no solo al sector petrolero sino, como lo han hecho también con Venezuela y Cuba, a cuentas bancarias del gobierno ruso y a empresas estatales pero las alzas en los precios del petróleo producidas por la crisis Rusia-Ucrania obligan al gobierno estadounidense a buscar sus fuentes de hidrocarburos en otras regiones.

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Con el argumento de “mediar” en los diálogos de México entre la oposición y el gobierno venezolano Estados Unidos le ha tocado reiniciar algunas relaciones del sector petrolero.
Reactivar las relaciones con Venezuela para la importación de petróleo resulta apenas lógico. La compañía petrolera nacional de Venezuela, PDVSA, adquirió una empresa operadora de refinación en Estados Unidos, precisamente porque el tipo de petróleo que produce es perfecto para las refinerías de la Costa del Golfo de EE.UU.
De hecho había una relación de suministro de larga data entre Venezuela y los EE.UU. que fue bloqueada por el gobierno estadounidense con el único propósito de poner al gobierno bolivariano en jaque y como dice la frase popular “dejar al pez sin agua”. Ahora Biden se ve en apuros y recurre a resucitar algunas relaciones.
Lo que Washington no tiene en cuenta es que ya Venezuela desarrolló otras estrategias alternativas para poder comercializar y exportar el crudo, evadiendo las sanciones de EEUU, negociando con Rusia e Irán principalmente para la venta de su producto.
Sin embargo, el apoyo brindado por países como Rusia e Irán para la evasión de las sanciones impuestas no resulta ser una alternativa óptima ya que las refinerías petroleras rusas e iraníes no trabajan con el tipo de crudo pesado que produce Venezuela.

Por esta razón el petróleo venezolano debe ser diluido con otros productos y a esto se le suma el alto costo del transporte transatlántico que resulta poco accesible debido a la distancia geográfica.2
Para principios del 2020, antes del comienzo de la pandemia y de la imposición de sanciones secundarias a las filiales de la compañía petrolera nacional rusa Rosneft (que estaban ayudando a PDVSA a eludir las sanciones comercializando la mayor parte del petróleo de Venezuela) ya se estaban produciendo unos 900.00 barriles de petróleo diarios.
La pregunta es si la producción de petróleo de Venezuela podría seguir aumentando entre 100.000 y 300.000 barriles diarios para alcanzar el millón de barriles diarios de la capacidad estimada.
Lamentablemente las sanciones impuestas recientemente por Rusia han aumentado la incertidumbre en torno a la producción de petróleo venezolano.
Venezuela en la encrucijada geopolítica

Venezuela se encuentra en una encrucijada entre reiniciar las negociaciones con EE.UU en el sector petrolero o decidir no hacerlo y seguir fortaleciendo relaciones económicas con Rusia, China e Irán.
Parece ser evidente que Estados Unidos busca exclusivamente su beneficio individual ya que se enfrenta de manera inminente a una crisis energética, si fuera de otra manera, la administración de Biden resolvería levantar también las sanciones contra bancos, instituciones y representantes del gobierno venezolano, lo cual no ha hecho.
Para Venezuela esto no es una decisión fácil ya que innegablemente el bloqueo económico ha afectado fuertemente a la población venezolana en cuanto al sector público de salud, la agroindustria, la ciencia y tecnología y otros, pero realmente acceder a las conversaciones con Chevron no soluciona la economia del pais.
Reactivar las negociaciones con Chevron puede significar para Venezuela un aumento significativo de producción de petróleo y esto en consecuencia podría implicar un ingreso mayor de capital al país y un acceso mayor a la adquisición de productos en el exterior.
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Otra inquietud importante que surge es, si este modelo de producción extractivista aún sigue vigente. Algunas potencias importantes como la China y la India han estudiado fuentes de energía renovable no dependientes de la extracción de hidrocarburos debido a que no les resulta rentable.
Y las consecuencias de la dependencia de la renta petrolera no se limitan únicamente a factores
económicos de sustentabilidad para el país sino que hay elementos ambientales mucho más importantes como el cambio climático que cada vez representa una amenaza mayor para el planeta.
Venezuela debe tomar una decisión sabia que le permita mejorar la situación socioeconómica de su país sin dejar de lado su soberanía por la que tanto ha luchado, además debe plantearse hacia futuro alternativas productivas sustentables para garantizar el bienestar de su población.