Big Data, Inteligencia Artificial y Algoritmos al servicio de la ingeniería social
Por Arizona Marcano
El constante desarrollo tecnológico que marca nuestros tiempos, nos brinda múltiples posibilidades en los distintos ámbitos de nuestra vida. Las tendencias que marcan la actualidad son muy variadas, pero destacan especialmente dos: el Big Data y la inteligencia artificial.
La Inteligencia Artificial y el Big Data son dos de las piezas impulsoras detrás de una variedad de innovaciones tecnológicas que han dado forma al entorno digital actual y a la industria 4.0. Estas dos tendencias tienen un objetivo común: sacarle el máximo valor a la gran cantidad de datos que se generan hoy en día.

¿Qué es el Big Data?
El Big Data se refiere al almacenamiento y procesamiento de cantidades masivas de datos, con gran potencial, para ser extraídos y organizados de forma que proporcionen información valiosa para organizaciones, empresas y otros actores.
Cuando navegamos por Internet, generamos unos datos determinados, las páginas y redes sociales que utilizas cotidianamente van recopilando qué intereses tienes, qué temas te preocupan, cómo te mueves desde una búsqueda concreta hasta llegar a otra, la manera en la que utilizas las diferentes aplicaciones o herramientas que tienes a tu alcance, y todo lo que te puedas imaginar. Todo deja huella, y aunque sean datos que son anonimizados y no te identifican como persona, sí representan lo que hace un usuario de Internet.
Y si estos datos los generamos únicamente nosotros, como una única persona que está utilizando la red, imagínen la enorme cantidad de datos que generan los millones de internautas cuando están navegando. Es una cantidad incuantificable, que es muy difícil incluso de imaginar, y lo que hace el Big Data es aprovechar estas grandes cantidades de datos para analizarlos y procesarlos.
¿Para qué sirve el Big Data?
A rasgos generales, sirve para que una empresa o sector conozca los comportamientos generales de sus usuarios y pueda sacar ventaja o provecho de ellos.
Podríamos decir entonces que cualquier sector o servicio con usuarios online puede sacar provecho de analizar los comportamientos masivos. Por ejemplo, las redes sociales pueden predecir mejor algunos cambios sociales o comportamientos que las clásicas encuestas. También pueden predecir nuevas tendencias cuando estas se están gestando, y mucho antes de que empiecen a explotar.
Pongamos un ejemplo sencillo. Si Google detecta que de repente hay una cantidad creciente de usuarios que empieza a mirar determinado tipo de contenido, es posible que esté detectando una nueva tendencia antes de que se convierta en popular. Y lo mismo pueden detectar desde Twitter y hasta Facebook.
También hay otros muchos usos, desde GPS que detectan el tráfico en tiempo real, hasta empresas capaces de predecir dónde tendrá más éxito un restaurante. También hay usos en la agricultura, y en la política, empresas de tiendas online como Amazon también hacen un buen uso de estos datos para detectar los gustos genéricos de determinados tipos de clientes. Por ejemplo, pueden saber que los usuarios de determinado sexo y edad prefieren este producto en una época concreta.

¿Y la Inteligencia Artificial?
La Inteligencia Artificial es una combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que imiten las funciones de los seres humanos (como aprender, razonar y tomar decisiones).
¿Cuál es la relación entre la Inteligencia Artificial y el Big Data?
Aunque ambos conceptos giran en torno a los datos, tienen funcionalidades muy diferentes. Existe una relación recíproca entre Big Data e Inteligencia Artificial.
Funcionalidades del Big Data
El Big Data actúa como un input que recibe un conjunto masivo de datos que necesitan ser procesados, los estandariza y clasifica para convertirlos en útiles para los fines de los actores.
Funcionalidades de la Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial es la consecuencia de este proceso. Consiste en un conjunto de softwares que aprovechan el output generado por estos resultados para crear series de algoritmos que hacen que programas y mecanismos pueden mostrar comportamientos inteligentes y razonar como lo hacen los humanos, dando lugar a múltiples ventajas, para empresas y otros actores que las utilizan.
El Big Data, es, por tanto, el combustible de la Inteligencia Artificial. Esta segunda se nutre de los datos procesados y aprende de ellos, creando y reconociendo patrones y desarrollando soluciones sofisticadas de analítica para todo tipo de sectores.
El incremento en los datos y la velocidad de procesamiento han hecho posible el desarrollo de la Inteligencia Artificial, que utiliza esta información para analizar el entorno y actuar con él en consecuencia.
Sería un error natural comparar estos dos términos ya que son dos conceptos que se retroalimentan y van de la mano.
Retroalimentación
La Inteligencia Artificial (IA) necesita datos para construir su inteligencia, tanto de forma inicial como de forma posterior y continua. Cuanto más grande sea la cantidad de datos a la que puedan acceder los sistemas de Inteligencia Artificial, más podrán aprender las máquinas y, por tanto, más precisos y eficientes serán sus resultados.
Conforme la IA se vuelve más inteligente, se requiere menos intervención humana a la hora de controlar los procesos y supervisar las máquinas. Esta vive en una continua fase de aprendizaje en la que se alimenta de los datos de manera cíclica.
De la misma manera que el Big Data es necesario para la Inteligencia Artificial, lo mismo pasa al contrario. Cantidades tan ingentes de datos no tendrían el valor que tienen sin los modelos de Inteligencia Artificial, capaces de desbloquear el potencial de estos almacenes de datos y transformarlos en inteligencia.
La Inteligencia Artificial aplicada al Big Data, desarrolla múltiples detecciones, y entre todas ellas destacan:
El reconocimiento de patrones: Detectar patrones a raíz de grandes estructuras de datos que los humanos serían incapaces de reconocer.
La detección de desviaciones: La IA puede analizar los datos proporcionados por el Big Data para detectar ocurrencias inusuales en ellos. Por ejemplo, a través de sensores, marcando rangos predefinidos e identificando cualquier anomalía que se salga del rango.
Probabilidad de resultado futuro: La IA puede utilizar una condición conocida con una probabilidad X de influir en el resultado futuro para determinar la probabilidad de ese resultado.
Juntos, los dos términos están convirtiéndose en los motores necesarios para que las organizaciones aborden las complejidades operativas y productivas emergentes. Las empresas y organizaciones combinan el poder de la intuición humana con la inteligencia artificial para avanzar en un entorno cada vez más competitivo. Solo aprendiendo de los datos, así como de los humanos, las máquinas podrán cumplir con creces su función.
Detectar estos y otros patrones no serían posibles sin el aprendizaje automático o Machine Learning, un activador por defecto de la Inteligencia Artificial.

Machine Learning
Este es una disciplina que desarrolla máquinas y robots que son capaces de aprender de su entorno, de generalizar comportamientos a partir de una base de información.
La idea de estos sistemas que aprenden automáticamente es saber identificar patrones complejos en millones de datos, siendo capaces así de predecir comportamientos futuros. Es un aprendizaje que permite también aprender de los errores para evitarlos en un futuro, haciendo que las máquinas inteligentes mejoren de forma autónoma y sin intervención humana.
El machine learning no deja de evolucionar gracias al Big Data, que posibilita que las máquinas puedan extraer información útil de los datos.
¿En qué nos beneficiamos las personas de esta simbiosis tecnológica: BD-IA-Sociedad?
Ciertamente dejamos una huella de datos impresionantemente grande cada día, en cada búsqueda que realizamos, prácticamente todo el contenido que poseemos y creamos en nuestros dispositivos electrónicos es utilizado por esta simbiosis tecnológica y ofrecernos más información a consumir, para condicionar, en cierta medida, gustos, preferencias de marca, plataformas, conocimiento, etc.
Recordemos que el capitalismo emerge para establecer un orden, de ahí que las lógicas operacionales de sus mecanismos de funcionamiento sean su necesaria expansión, en constante búsqueda de poder de toda naturaleza.
El hecho es que el advenimiento de los medios digitales orientados por la IA y el Big Data, ha desafiado el equilibrio entre políticos, ciudadanos y medios, originando consecuencias destructivas en el consumo de información política, en su producción y propagación. La secuela es la construcción de un proceso de psicologización política, con el empleo de estas herramientas, dirigido a la producción de realidades que se edifican desde un pensamiento interesado en el predominio del poder hegemónico imperial.

De lo planteado, entonces el Big Data tiene un impacto significativo en hacer más eficientes los costes por las facultades que tiene de proporcionar nuevos servicios, procesar y almacenar grandes volúmenes de datos en menor tiempo. Todo ello adaptado a las necesidades de gobiernos, instituciones, organizaciones e individuos que acumulen grandes capitales.
Por otra parte, se deduce el alto poder de subjetivación digital que se logra con la interacción de estas tecnologías, conformándose un escenario ajustado por el factor psicológico, que desafía las nociones de autodeterminación e individualidad.
Y es que en esta red de interrelaciones Big Data – IA – Sociedad, se concibe el mundo como información, mediante algoritmos informáticos, que permiten comprender de manera diferente la relación de la cultura y la tecnología, al desarrollarse masivamente las posibilidades de la subjetivación digital.
Por lo tanto, mediante estos algoritmos se organizan y construyen espacios nacionales e internacionales, que ofrecen nuevos servicios y bienes culturales que proceden como un potente dispositivo psicopolítico, en la definición de novedosas formas de comportamiento de las personas que interactúan en este entorno, bajo múltiples formas de intencionalidad guiadas por quien dirige el desarrollo tecnológico.
La consecuencia de esto, es que la manera en que se gestiona el mercado con estas herramientas sociales, se traslada al campo socio-político e ideológico. La limitación fundamental, es que pasan a ser instrumentos de dominación mental de las más diversas poblaciones del mundo, que no distinguen entre países desarrollados y subdesarrollados, teniendo como eje los intereses de las grandes megas corporaciones transnacionales que tienen la supremacía del entorno digital, con las consecuencias explícitas e implícitas de este hecho.
Con esto, están en marcha instrumentos que perfeccionan la lógica de acumulación del capital, ahora basada, en la vigilancia, la predicción y manipulación del comportamiento social, convirtiéndose la información en un insumo esencial para garantizar el poder y la ley que rige el movimiento de la sociedad moderna en las condiciones del capitalismo: La ley de la plusvalía.
Consecuentemente, el capitalismo de la manipulación y la vigilancia del comportamiento, abre espacio a un riguroso control social.
Este proceso es impulsado por un imperialismo infraestructural, en que predomina la vigilancia social en todas partes del mundo. Mediante el empleo de este, las corporaciones transnacionales amplían su poder y concepción global, localizando los cambios necesarios a promover, sobre las conductas psicosociales.
Desde el enfoque psicosocial, esto consiste en el manejo de la ideología y los dispositivos socio-culturales apoyados con las herramientas de la comunicación social. Desde esta mirada, las ideas pueden utilizarse con un valor positivo o negativo según la naturaleza socio-clasista de sus analistas y, la estrategia consiste en destruir las concepciones que no son de su agrado e impulsar, reforzar y apoyar aquellas que cumplan con sus expectativas.
En este sentido Han, Byung-Chul, en su libro “Psicopolítica” (2014) plantea 3 ideas que son relevantes:
- Define el Big Data como un instrumento psicopolítico eficaz y eficiente, el cual permite la obtención de un conocimiento integral de la manera en que se establecen las relaciones sociales en el entramado mediático de la cibersociedad, viabilizando la búsqueda y análisis de grandes datos para generar tendencias y perfiles a nivel de país, de carácter regional e incluso mundial.
- Sostiene que la posibilidad de gestionar el conocimiento con este medio, posibilita y amplía la intervención sobre la psique, condicionándola en un nivel pre reflexivo, es decir, que se anticipe a la reflexión. Ello indudablemente, tiene implícito el riesgo de convertir este instrumento en un factor de manipulación social, con las consecuencias que tiene este hecho en el escenario capitalista.
- Plantea la visión de lo que se puede lograr con el empleo del Big Data, situando como ejemplo la posibilidad de captar y pronosticar el comportamiento grupal. Un ejemplo de este último, se pudo registrar cuando Microsoft en el 2016, abre una cuenta de Twitter a una de sus IA, para experimentar su nivel de aprendizaje en la interacción con personas. Apenas transcurrieron 24 horas cerraron la misma, debido a que con la influencia negativa de los usuarios, la IA conectada, asumió los sesgos de estos asumiendo un comportamiento homófobo, machista, racista y antisemita, aprendiendo de lo que había experimentado en la red social.
Con ello el filósofo Byung-Chul Han, identifica esta experiencia como el “Caballo de Troya” que ha viabilizado el retorno de prácticas terroristas, fraudulentas, racistas, autoritarias, xenófobas y violentas. Y aún más riesgosas, como ejercer el poder y gobernar desde esa visión con el apoyo de amplios sectores sociales de la población.
Parcialmente, se podría concluir que el Big Data y la IA asumen el rol del Gran Hermano, un vigilante de todo el comportamiento humano, que transgrede fronteras físicas y digitales.
Con estas práctica, se logra identificar y segmentar, el estado de ánimo, exigencias, calidad y cantidad de opiniones sobre un tema, plataformas más empleadas, temas que denota la conversación digital, pensamiento de cada usuario en la red y sus preferencias políticas, emociones, niveles de lealtad y vulnerabilidades e incluso aparecen nuevas maneras de generar ideología.
Aplicando técnicas de las ciencias del comportamiento humano como la psicología, esta red de redes virtuales aporta información a sus creadores, quienes se auto-otorgan el derecho de administrarlas según sus intereses políticos e ideológicos.
El efecto es que esta tecnología ligada a la IA, tiene como objeto interactuar de manera persuasiva sobre la individualización de las relaciones sociales, produciendo como efecto la psicologización política de la sociedad en su conjunto. Este fenómeno caracteriza, representa y pasa a determinar con gran impulso, la nueva dinámica del capitalismo, orientada a la producción de subjetividades dominadas por los principales centros de poder mundial.
Con el empleo de la IA y Big Data se pueden construir realidades para conducir y manipular el mundo físico y sus interacciones sociales, controlando y distorsionando procesos de cualquier índole, lo cual puede llegar, a dominar, influenciar y modelar el comportamiento del cerebro humano desde el mundo digital, empleando la ciencia con interferencia de los valores.
Con ello se producen espacialidades que remiten a la identificación de creencias, significados simbólicos, que conducen a la estructuración y estratificación del espacio, para establecer normas de regulación del comportamiento social.
Unos de los grandes impactos de estos instrumentos, es que las construcciones mentales que se practican con su ejecución se manipulan para dar forma a un nuevo tipo de poder económico, político, ideológico e incluso cultural, por parte de mega proveedores transnacionales que controlan redes de usuarios a nivel mundial en constante crecimiento. Esto es posible por el hecho de que tener el monopolio de la ideas y de los datos, ofrece la posibilidad de controlar toda la industria y a sus seguidores.
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1.- http://teocripsi.com/documents/2MCLAUGHLIN.pdf
2.- https://revistas.unlp.edu.ar/revpsi/article/view/9172
3.- http://www.cubadebate.cu/opinion/2019/04/15/comunicacion-y-politica-en-tiempos-de-big-data/
4.- https://elpais.com/tecnologia/2016/03/24/actualidad/1458855274_096966.html