Por: Mariana Guaitián

El siglo XXI ha sido una de las eras de mayores cambios a nivel histórico, políticos, sociales y sobre todo tecnológicos de la historia de la humanidad. En gran medida se podrían ver estas transformaciones de la sociedad como un avance de la civilización, sin embargo, si analizamos más profundamente podemos ver que al lado de estos “adelantos” se dan  grandes desigualdades que colocan a una gran parte de la población mundial en situación de total precariedad.

Desde el siglo pasado, y mucho más atrás, con la revolución industrial hemos podido observar grandes avances tecnológicos en materia de medicina que  han facilitado la detección y el diagnóstico temprano del cáncer entre otros males, además, se hacen grandes campañas de concientización de esta enfermedad, sin embargo, contradictoriamente la incidencia anual de nuevos casos de cáncer aumenta cada año a nivel mundial, este aumento no se debe únicamente al crecimiento demográfico.

Con el creciente desarrollo tecnológico toda la composición de nuestra población ha cambiado, de igual modo  se ha cambiado el entorno y por ende se ha modificado la relación entre seres humanos y su interacción con el medioambiente. Ya no comemos los mismos alimentos, ya no bebemos las mismas aguas, ya no respiramos el mismo aire que hace 100 años. 

Actualmente, el cáncer sigue siendo una de las primeras 10 causas de mortalidad a nivel mundial, de hecho para el año 2017 se ubicó en el segundo lugar del ranking. Para poder comprender la importancia que tiene el sistema actual sobre el aumento de la  incidencia del cáncer vale la pena estudiar las causas más relevantes en la patogénesis (origen y evolución de una enfermedad) de ésta enfermedad. 

El cancer causó 10 millones de muertes en el año 2020 según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en septiembre del año 2021.

La siguiente gráfica muestra los factores que contribuyen en la aparición del cáncer, como se puede observar, entre 90 y 95% son de causas medio ambientales. Solo el 5 al 10% se atribuyen a factores genéticos.  

Entre 30-35% se atribuye a la dieta, 25-30% al tabaquismo, 10-20% a la obesidad y 4-6% al alcoholismo.  Estas cuatro causas sumadas representan casi el 90% de las causas medioambientales. 

El 15 al 20% se atribuye a causas infecciosas las cuales se producen por patógenos prevenibles como el virus del papiloma humano, el helycobacter pylori y el virus de la hepatitis B y C. El resto de se atribuye a otras causas. 

El citado informe de la OMS revela también que aproximadamente el 70% de las muertes por cáncer se dan en países de bajos y medianos ingresos donde  no hay acceso al diagnóstico y tratamiento oportuno, además menos del 15% de los pacientes en países de bajos ingresos tienen acceso al tratamiento integral. Mencionan el informe que entre el 30% y el  50% de los cánceres se podrían prevenir a través de la reducción de factores de riesgo, 

Y es que parecería relativamente sencillo prevenir el cáncer de cuello uterino o el cáncer de mama a través de la citología y la mamografía si todas las mujeres tuvieran acceso igualitario a estos exámenes y se podría reducir el consumo de tabaco y alcohol con las políticas de salud adecuadas, pero la realidad es que modo de producción capitalista que se alimenta del consumo desmedido de toda clase de productos dañinos se ha empeñado en profundizar las principales causas de esta enfermedad. 

El sistema capitalista a través de sus estrategias comunicacionales e ideológicas se han empeñado en condicionar a la sociedad a conductas que atentan directamente contra la salud de las personas, a consumir productos modificados genéticamente y con moléculas cancerígenas, aguas contaminadas, estimula además el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco entre otros. Estos efectos no se evidencian solo a nivel individual del ser humano, sino que enferma toda la vida.

 Si bien la naturaleza tiene la capacidad de auto regenerarse, el sistema capitalista en función de continuar su lógica de acumulación de capital a través de la explotación de recursos ha generado un nivel de consumo, desgaste y destrucción tan alto y acelerado que ya el planeta tierra no está en capacidad de renovar los recursos naturales a la velocidad que sería necesaria para mantener un ambiente medianamente sano para el ser humano.

En efecto, es evidente que las políticas públicas de salud y medioambientales de los Estados en vez de reducir los factores de riesgo apuntan más bien a aumentarlos porque los tratamientos y medicamentos para el cáncer aumentan las arcas de las grandes empresas farmacéuticas, de esta forma se genera un negocio redondo, pues se gana profundizando el consumo de productos cancerígenos y deteriorando el medio ambiente y a su vez se gana también  con la producción, distribución y venta de los fármacos necesarios para los tratamientos.

De hecho, actualmente se bombea 3 veces más CO2 del que la tierra y el océano pueden absorber. Esto resulta en un aumento inmenso de la polución como consecuencia de esto podemos ver que el cáncer de pulmón se encuentra actualmente en el nº 1 de muertes causadas por este tipo cáncer. 

 John McMurtry, en su libro “La fase cancerígena del capitalismo”  describe:  

“…la mitad del mundo está en la indigencia y continúa aumentando mientras se multiplica la desigualdad, el sistema alimentario mundial produce más y más basura incapacitante y contaminante sin valor nutricional alguno, las enfermedades no contagiosas se multiplican hasta ser el asesino más grande del mundo, con sólo curas para los síntomas..”

Y es que ciertamente el capitalismo en la idea de superar la actual crisis parece conducir al ser humano a un estadio terminal donde nos encontramos con una gran contradicción y es que entre más se profundiza  el consumismo más aumentan los niveles de pobreza y precariedad patológica.

Un estudio publicado por el Instituto Nacional de Cáncer del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos muestra una proyección asombrosamente preocupante. La proyección que está graficada por grupos etáreos estima que para el año 2040 la incidencia anual de cáncer  podrían alcanzar 26.1 millones si la población mundial continúa por el mismo camino.

Grafica 2: Proyección Incidencia de Cáncer para hasta el año 2040

Cuando generalmente se utiliza la idea de que “el capitalismo es el cáncer de la sociedad” es importante advertir que esto no es solo una metáfora, sino que literalmente el capitalismo ha enfermado la sociedad, hemos dicho anteriormente que el 95% de las causas del cáncer son medioambientales, lo que quiere decir que el capitalismo a deteriorado el medio ambiente de tal forma que ha enfermado la vida en el planeta. 

Es insoslayable la relación necesaria entre todas las implicaciones del modo de producción capitalista y el cáncer, a saber, la contaminación, la destrucción de recursos naturales, el consumismo, la exposición de trabajadores a contaminación química y biológica, la modificación genética de los alimentos para su producción en masa, entre otros. 

Con todo esto el capitalismo ha roto el intercambio metabólico armónico entre la sociedad humana y la naturaleza y con esto ha enfermado la tierra como un todo, como organismo vivo del cual los humanos también hacemos parte. 

Lo análisis serios concluyen que no hay perspectivas de un cambio con respecto al cáncer como enfermedad en el capitalismo, en la solución a esta contradicción se juega la vida en la tierra. Este dilema nos remite necesariamente a la lapidaria frase de Rosa Luxemburgo ¡Socialismo o barbarie!

Fuente: https://www.researchgate.net/figure/The-role-of-genes-and-environment-in-the-development-of-cancer-A-The-percentage_fig1_5225070 

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