Por: Elizabeth Daza
En el siguiente artículo se desarrollan algunos temas relacionados con el aborto, haciendo un esfuerzo por evitar los argumentos de carácter moral, y apelando a un enfoque objetivo, basado en investigaciones, estadísticas y datos médicos que reflejan la realidad de las mujeres que se ven enfrentadas a esta situación.
Para darnos una idea del estatus actual del aborto, es preciso comenzar con el análisis a la legislación vigente a nivel mundial en cuanto a su legalización y/o despenalización. En la siguiente gráfica se muestra un mapamundi donde se clasifican los países según grado de legalidad en relación a la interrupción electiva del embarazo.

En la mayoría de los países con un relativo grado de desarrollo económico y social, el aborto es legal bajo cualquier circunstancia dentro de los plazos establecidos, esto comprende, según las opiniones de expertos médicos, los primeros tres meses del embarazo. Sin embargo, este tiempo sigue siendo materia de debate, más en el ámbito legal que entre los profesionales de la salud.
En gran parte de Latino América y el Caribe el aborto es legal en casos de riesgo para la vida de la madre y/o de la salud física y mental, por violación o por inviabilidad fetal. Mientras tanto en países como: Venezuela, Paraguay y algunos países de Centroamérica, el aborto es legal solo en caso de riesgo para la vida de la madre. De manera muy similar sucede en el continente africano y en algunas regiones de Asia y Medio Oriente
Llama la atención que es precisamente en los países con mayores ingresos económicos y que pertenecen al norte global que la interrupción del embarazo es legal, mientras que en los países con mayores dificultades socio-económicas el aborto es penalizado.
Ante esta realidad vale la pena analizar las cifras de embarazos no deseados y embarazos adolecentes que se producen a nivel mundial, con el fin de evaluar si las cifras son más elevadas o menores en los países donde el aborto es legal.
Según la Organización Mundial para la Salud, en Europa, donde la mayoría de los países permiten el aborto bajo cualquier circunstancia dentro de los plazos establecidos, las cifras de embarazos no deseados se redujeron significativamente entre los años 2000 y 2013.i
Este mismo estudio reporta también que un 20% de todas las muertes durante el embarazo suceden por practicar abortos inseguros, principalmente en los países donde es penalizado. La disminución de estas cifras se debe principalmente al grado de educación sexual y al acceso a anticonceptivos, que maneja gran parte de la población en la región europea.
Por otro lado, una investigación del instituto estadounidense Guttmacher (organización privada sin ánimo de lucro que promueve la salud reproductiva) señaló que en Estados Unidos anualmente el 5% de las mujeres en edad reproductiva (15-45 años) tiene un embarazo no deseado. ii
Además, en una publicación de 2020 del instituto Guttmacher, que evalúa el índice de embarazos no deseados y de abortos a nivel mundial entre el año 2015 y 2019, se evidenció que las cifras son mayores en los países de menor ingreso y que América Latina y el Caribe cuentan con un índice elevado.iii
Gráfica 2
Esto en definitiva lo que nos muestra es que la existencia del aborto legal no produce un mayor número de abortos practicados, ni de embarazos no deseados, y que la penalización del mismo no disminuye la cantidad de abortos y embarazos no deseados, sino que por lo contrario el nivel de desarrollo de los países es inversamente proporcional a las cifras de estos dos casos anteriormente mencionados.
¿Podríamos pensar entonces que la despenalización del aborto es un indicador del nivel de desarrollo de un país o una región, un indicador de mayor educación, calidad en el sistema de salud y grado de planificación y control?
Otro dato fundamental para este análisis está dado por el grado de seguridad con el que se practican los abortos a nivel mundial. Se puede clasificar la seguridad del procedimiento según distintos criterios que entran en juego como por ejemplo los instrumentos utilizados, el nivel de calificación del personal que realiza la interrupción y el momento del embarazo en el que se induce el aborto, entre otros.
En cuanto a esto, una investigación de la revista médica The Lancet arrojó los siguientes retos resultados: de 2010 a 2014 se produjeron en todo el mundo 25 millones de abortos peligrosos (45% de todos los abortos). La mayoría de abortos peligrosos (97%) se produjo en regiones de bajos recursos, es decir África, Asia y América Latina.
El estudio publicado menciona también que en aproximadamente el 14% de los casos se trató de abortos «nada seguros» realizados por personas no cualificadas, con métodos peligrosos, como la introducción de objetos extraños y el uso de brebajes de hierbas, y que solo 1 de cada 4 abortos en América Latina se practica de manera segura.
Gráfica 3: Tres cuartos de todos los abortos practicados en América Latina son inseguros
El estudio concluye planteando que las leyes restrictivas van asociadas a tasas elevadas de abortos peligrosos y que se debe generar políticas públicas de acceso a educación sexual y opciones de métodos anticonceptivos para prevenir los embarazos no deseados, además de una legislación que proteja a las mujeres en caso de violación, riesgo para la vida de la madre o inviabilidad fetal.
Por otro lado es necesario profundizar en las circunstancias que permiten que legalmente sea aprobada la interrupción del embarazo en algunos países:
1. Riesgo de vida para la mujer gestante:
Aunque suele ser poco frecuente, se presenta riesgo a la vida de la madre principalmente en casos de complicaciones por hipertensión durante el embarazo, la diabetes gestacional, las infecciones, las hemorragias, la epilepsia, incompatibilidad sanguínea materno fetal entre otras.
Médicamente se considera un aborto (ya sea inducido o no) cualquier interrupción del embarazo desde el momento de la implantación del óvulo fecundado en el útero hasta la semana 26 de gestación.
En cualquier momento durante estas 26 semanas de gestación puede haber complicaciones (aunque sean poco frecuentes), que pueden significar una amenaza para la vida de la madre. Sin embargo, ¿quién establece cuál es el momento adecuado para interrumpir el embarazo? ¿Es justificado tener que esperar que la madre esté en la frontera entre la vida y la muerte para practicar un aborto? ¿Es necesario ver a la madre desangrándose para tomar la decisión de que un aborto es necesario?
2. Inviabilidad fetal:
Se considera patologías que clasifican al feto como inviable las siguientes:
- Anencefalia y la Hidranencefalia: malformación neurológica en la que el feto presenta ausencia de los huesos del cráneo y/o de partes del cerebro
- Agenesia diafragmática: el diafragma (músculo fundamental para la respiración) no se forma
- Agenesia renal bilateral: el feto no tiene riñones
- Genéticas como las Cromosomopatías: trisomía 18, trisomía 13, trisomía 9, triploidias
- Entre otras
Estas malformaciones son apenas algunas pocas de las que implican que el feto no sea compatible con la vida. Sorprende negativamente que, aún con el conocimiento médico y el avance de la tecnología, existan países donde el aborto no es legal ni siquiera en casos como los anteriormente mencionados.
En estos casos la madre se ve obligada a continuar con la gestación hasta que se produzca un aborto espontáneo o hasta que suceda la muerte fetal intrauterina. Sin embargo esto no siempre sucede y el embarazo llega a término (37-42 semanas); en este momento la gestante es forzada a llegar al proceso del parto, con el conocimiento de que su bebé deforme no vivirá, pasando por todo el sufrimiento físico y psicológico que esto significa.
Adicionalmente vale la pena mencionar que algunas graves malformaciones sí pueden llegar a ser compatibles con la vida, sin embargo, representan solo sufrimiento por un par de años para el producto de la concepción y para los padres.
3. Embarazos por violaciones
Algunos países consideran el derecho al aborto por caso de violación, incesto o estupro. Sin embargo, en ocasiones la embarazada es apenas una niña que no tiene conciencia de que tiene el derecho a abortar, y en los casos en que las niñas/adolecentes/mujeres saben que tienen el derecho a interrumpir el embarazo, se convierte en una odisea jurídica, económica, médica y social encontrar una institución que certifique la violación, conseguir un abogado que la apoye, lograr que el violador sea judicializado y finalmente poder acceder a una aborto legal, seguro y gratuito dentro del lapso de tiempo establecido.
En el caso de Venezuela el aborto es legal únicamente en caso de que el embarazo comprometa la vida de la madre.
Entre tanto, en una encuesta realizada por la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa, publicada en abril de 2021i las mujeres respondieron de la siguiente manera:
- El 83,7% no desea tener hijos/as, habiendo tenido o no.
- 9 de cada 10 mujeres entre 15-59 años, no han podido planificar sus embarazos.
- 7 de cada 10 mujeres no utilizan actualmente métodos anticonceptivos y de prevención de infecciones de transmisión sexual.
- El 1,9% reconoció haberse practicado 1 aborto inducido alguna vez.
- Solo el 27,4% de mujeres de 9 a 29 años posee educación integral de la sexualidad.
Esta misma asociación presentó en el año 2019 un informe que muestra datos en cuanto a incidencia de muertes maternas, partos de madres adolescentes y abortos en tres centros hospitalarios de la zona central de Venezuela.ii El informe reporta que a lo largo del período estudiado se han registrado en total 1.695 abortos, de los cuales solo 25 fueron reportados como inducidos. La mayoría de los abortos ha sido en pacientes mayores de 18 años. El 30% correspondió a adolescentes menores de 18 años, mientras que se registraron en total 3 abortos en niñas menores de 12 años.
Luego de analizar todos los datos expuestos anteriormente se concluye que:
Los abortos inducidos se dan independientemente de que la interrupción del embarazo esté penalizada. En los países donde el aborto está penalizado éstos son practicados de manera clandestina en condiciones muy inseguras para la madre, lo cual aumenta la mortalidad de mujeres embarazadas.
En los países de bajos recursos la educación sexual es muy poco efectiva y existe poco acceso a métodos anticonceptivos, además ocurren más embarazos adolecentes y más embarazos por violaciones. Sin embargo en estos países el aborto es ilegal o solo parcialmente legal si la mujer logra cumplir todas las condiciones.
En conclusión se demuestra nuevamente que las personas más perjudicadas son las personas de peores condiciones socio-económicas, en este caso las mujeres pobres.
i https://www.euro.who.int/en/health-topics/Life-stages/sexual-and-reproductive-health/areas-of-work/abortion
ii https://www.guttmacher.org/fact-sheet/unintended-pregnancy-united-states
iii https://www.guttmacher.org/fact-sheet/induced-abortion-worldwide
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Aborto_en_Venezuela