Por: Daniel Madiba
Hay un dicho que reza “De lo bueno, poco”; y es que los Juegos Olímpicos de Verano, el evento deportivo más visto a nivel mundial, tiene una duración de tan sólo 15 días. Por ello, es que el pasado 8 de Agosto, tuvimos la Ceremonia de Clausura de los Juegos de Tokio 2020, pero consigo, tuvimos también, el cierre de los mejores juegos en cuanto a participación para Venezuela se refiere.
Despidiéndose del Archipiélago Asiático, los Atletas Venezolanos trajeron consigo, un total de 4 Medallas (1 Oro y 3 Platas), y 6 Diplomas Olímpicos, lo cual, derivó en la actuación más memorable para Venezuela en unos Juegos Olímpicos en toda la historia de nuestra nación.
Pero, más allá del éxito deportivo, hubo otro factor altamente resaltante mientras se estaba llevando a cabo la gesta Olímpica; y es que, hacía mucho tiempo ya, en el cual no veíamos a prácticamente “todos” los venezolanos unidos por una misma causa y celebrando los mismos triunfos. Un vínculo añorado, y del cual, creímos que no volveríamos a saber nunca más, fue el que tuvimos y disfrutamos con euforia hace pocas semanas, sin importar que haya sido por un breve período de tiempo.
VENEZUELA COMO “UNA SOLA” NACIÓN
Desde que Venezuela ingresó a los libros de la Historia, ha sido un país con una Política bastante rica y activa, sin embargo, nunca se había visto una polarización tan cruda como la que tenemos desde hace 15 años aproximadamente.
Es razón de discriminación innegociable si declaras tu posición política ante el bando erróneo. El odio ha sido el factor predominante dentro de nuestro territorio indiscutiblemente, cosa que tampoco es un secreto para nadie, sin importar si hacen vida dentro o fuera del país.
Nos encontramos así, en lo que parece ser un punto sin retorno a recuperar ese Sentimiento Nacional general que nos permite vivir más como hermanos del mismo suelo que como enemigos por simplemente utilizar ropa de color distinto… O ¿Sí hay posibilidad de unificar a la población venezolana por encima de ese odio que se ha vuelto el «mandamás» en nuestra cotidianidad? La fórmula la conocemos; ahora, es importante aplicarla perfectamente.
CONVERSACIONES DE ALTO CALIBRE
Hubo un grandísimo estruendo dentro de la misma población por la conversación que hubo entre el Presidente Nicolás Maduro y el Medallista Olímpico Daniel Dhers, en la cual, el primer mandatario felicita a Dhers por su presea plateada obtenida en Tokio. Pero, no hay nada de extraño en torno a esta llamada telefónica, si consideramos que es un protocolo común en prácticamente, todos los países del Mundo.
Un ejemplo claro y reciente, es el de la Filipina Hidilyn Díaz, quien consiguió la primera Medalla de Oro en la historia de su país, y el Estado y algunas empresas privadas la honraron con 660.000 USD y una Casa. Esto, sin embargo, no la convierte en militante del partido de Gobierno ni mucho menos; decimos esto en relación a los comentarios que tildaron a Daniel Dhers de ser adepto a las políticas del Presidente Nicolás Maduro, logrando que muchos quienes lo vitoreaban al momento de subir al podio, lo rechaza en pocos días después.
ANTECEDENTES DEL DEPORTE EN LA POLÍTICA
El Deporte es una de las fuerzas más grandes que existen en el mundo (y una de las más hermosas también), por lo cual, siempre se busca desarrollar poder masivo en éste, para alcanzar la talla de súper potencia en múltiples disciplinas. Pero, ¿qué pasa cuando el deporte sale de sus fronteras y se involucra en la política? Siempre utilizado para el bien y poder reparar situaciones que la Política no ha podido solventar.
Es menester remontarnos poco más de ¼ de Siglo atrás, y movernos hasta el Continente de África en el Hemisferio Sur del Planeta. Sí, en Sudáfrica se iba a celebrar la III Edición del Mundial de Rugby (El 3° evento deportivo más visto en el mundo; superado sólo por los JJOO y el Mundial de Fútbol). Pero, la nación del Arcoíris estaba en pleno Apartheid y Mandela tenía pocos meses de haber asumido la Presidencia en Sudáfrica.
La Selección Sudafricana de Rugby siempre había sido símbolo de poder blanco, por lo que, los ciudadanos negros veían con odio y desprecio cada juego de los “Springboks” yendo en contra de sus representados. A pesar de esto, Mandela vio como una mega oportunidad este evento deportivo para unificar Sudáfrica bajo un mismo sentimiento y colores.
Mandela acudió ante el Capitán Francois Pienaar y se fue involucrando cada vez más a todos los miembros de la Selección, en especial el Wing Izquierdo titular, Chester Williams, quien era, por cierto, el único jugador de piel negra en formar parte de la Selección de Rugby Sudafricana. Así inició una campaña de apoyo a los Springboks, liderada por el mismísimo Presidente de la República.
Sudáfrica inició el mundial sin estar ni siquiera entre los primeros 5 favoritos a ganar el certamen, y terminó venciendo en una de las mejores finales de todos los tiempos a los mega favoritos “All Blacks” de Nueva Zelanda, comandada por Jonah Lomu y Andrew Mertens.
Así pues, la presencia de Mandela sirvió como inspiración, no sólo para que los Springboks ganasen su primer Mundial de Rugby en la Historia, sino también, para que tanto blancos como negros decidieran vestir la camiseta Verde y Oro de la Selección, ondear la misma bandera y perderse en un mismo abrazo sin precedentes.
SPRINGBOKS EN VENEZUELA
Sí, es bien sabido que nuestro fuerte no es el Rugby, ni tampoco estamos separados por nuestro color de piel, pero sí es grande el odio que nos separa, una brecha de varios Kilómetros de ancho que dificultan notablemente las relaciones en Venezuela a nivel general, producto de la política ácida y radical que hoy impera sobre nuestro suelo.
No contamos con Mandela ni con Pienaar, eso está claro. Pero, podemos tener actores que ejerzan funciones similares y ayuden a reconstruir esta nación de los cimientos en los cuales se encuentra. La función de Madiba está clara a quién le debe corresponder; aunque, tenemos la ventaja de contar con más de uno que pueda fungir como el Francois Pienaar venezolano.
Bien puede ser Daniel Dhers, Yulimar Rojas, Robeilys Peinado o quizás hasta Miguel Cabrera. El punto está, en que contamos con amplio material de calidad y sumo talento para que se apliquen políticas idóneas y podamos ver al deporte como el camino para la tan ansiada unión nacional, la cual, nos va a despojar de todo daño ocasionado y no puede hacer brillar nuevamente como país.