En el artículo anterior estudiamos distintos grupos de la sociedad y que se encuentran en mayor riesgo de sufrir enfermedades mentales y/o abuso de sustancias por ser más vulnerables debido a sus condiciones socio económicas.

Hoy profundizamos el análisis, enfocándonos especialmente en América Latina y el Caribe con el fin de identificar factores que ponen en mayor riesgo a nuestros pueblos.

 

En nuestra América y el Caribe menos del 2% del presupuesto total para salud se invierte en la salud mental

La pandemia causada por el virus respiratorio SARS-Cov 2 ha generado en los últimos meses una grave crisis del sistema sanitario, especialmente en los países de bajos ingresos que de por sí ya venían con grandes problemáticas en la gestión de la salud pública y el acceso igualitario de la población al sector salud.

América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones más golpeadas por la pandemia. Si bien es cierto que las cifras propiamente dichas de contagios y muertes por Covid-19 han sido elevadas (especialmente en países como Brasil, Argentina, y Colombia), los efectos colaterales del virus han afectado fuertemente nuestra región.

Uno de los problemas de salud que está perjudicando a la población son los trastornos de salud mental, específicamente la ansiedad y la depresión, y que por sus consecuencias a largo plazo puede representar una gran amenaza para nuestra región.

En un estudio del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria1 publicado en Agosto del 2021 se compara la prevalencia de la depresión y de la ansiedad en el año 2017 con respecto a estos sentimiento durante los meses de pandemia.

Podemos ver que uno de los países más afectados y que encabeza la lista, ha sido Brasil donde las políticas públicas y la gestión en salud para contener la pandemia le han fallado gravemente al pueblo. Brasil presentaba en el año 2017 una prevalencia de 3.3% y 6.1% de depresión y ansiedad respectivamente. Estas cifras se dispararon en los meses de pandemia a 10.4% y 8,7%.

Gráfica 1: Ansiedad y depresión: prevalencia antes de la pandemia (2017) vs sentimientos durante la pandemia

Prevalencia según Institute of Health Metrics and Evaluation (IHME), Global Burden of Disease (GBD); estimación durante la pandemia equivalente a la media del % desde abril de 2020 hasta julio de 2021 que diariamente expresaba haber tenido sentimientos de ansiedad o depresión en los 7 días anteriores.

Uno de los mayores problemas de nuestra región es que los Gobiernos no invierten en mejorar el acceso y la cobertura en materia de salud mental.

En un artículo publicado en octubre del 20201, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres se pronunció con respecto a ésto declarando que:

Muy pocas personas tienen acceso a servicios de salud mental de calidad. En los países de ingresos bajos y medianos, más del 75% de las personas con problemas de salud mental no reciben ningún tratamiento. Y, en general, los gobiernos gastan en promedio menos del 2 por ciento de sus presupuestos de salud en esta cobertura.”

Analizamos en el artículo anterior dos de los grupos poblacionales que se han visto más afectados por la pandemia: las mujeres y los jóvenes.

Los jóvenes (entre 18 y 25 años) se han visto obligados a interrumpir su ciclo vital, sus actividades sociales, sus estudios y las mujeres han permanecido más tiempo en la casa cumpliendo con las tareas del hogar y respondiendo a la dinámica de la pandemia.

Lamentablemente ocurre con mucha frecuencia que los adultos representantes y responsables que se encuentran en el entorno de las niñas, niños y adolescentes no saben manejar la situación, de hecho se estima que un 82,2%2 de este grupo poblacional con trastornos mentales graves o moderados no reciben tratamiento.

 Efectivamente las preocupaciones básicas, la estadía en casa con los hijos y cómo cubrir las necesidades financieras o de alimentación, han sido particularmente altas durante la pandemia.

Un estudio realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE Colombia)1, publicado en Octubre del 2021, se analizaron los trastornos de salud mental en el contexto de pandemia y quedó evidenciado que las mujeres tienden a reportar mayores prevalencias, en especial en aspectos como cansancio, tristeza o dificultades para dormir.

En la siguiente tabla del mismo estudio, se muestra que los síntomas de ansiedad y depresión fueron mayores en la población que cumple con menos horas de trabajo remunerado. Para las mujeres que han cumplido históricamente con el trabajo doméstico no remunerado, la pandemia se tradujo en inestabilidad emocional y mental.

Población ocupada que “Se siente sola, estresada, preocupada, deprimida” (Según sexo y rango de horas semanales de trabajo en ocupación)

Fuente: DANE, GEIH

Además, el 49,2% de las mujeres cónyuges en cuyos hogares hay presencia de niños, niñas o adolescentes se sintieron sobrecargadas con tareas del hogar, respecto al 26,2% de los hombres cónyuges de hogar con presencia de estos.

En conclusión

Luego de analizar varios estudios y observar en la práctica distintos fenómenos que se dan en la población, llegamos nuevamente a la conclusión de que las condiciones materiales determinan el bienestar de la población, esto es cierto también para la salud.

Las condiciones de salud mental de la población de América Latina y el caribe han recibido históricamente muy poca atención por sus gobernantes y esto ha hecho que se acumulen años de descuido y abandono a temas tan fundamentales para la sociedad. Los trastornos mentales han aumentado en estos últimos meses de pandemia y han empeorado la crisis del sector salud.

Actualmente se calcula que entre el 50 y el 70 % de la población de nuestra región no tiene acceso a servicios de salud mental y la inversión en este sector está muy por debajo de lo recomendado por organismos como la ONU.

Nuevamente nuestros pueblos son re victimizados durante esta pandemia por su situación de pobreza y precariedad la cual es producto de los años de despojo que le han ocasionado Europa y EEUU. La población de nuestra región se encuentra con problemáticas mucho más allá de las consecuencias del virus propiamente dicho.

Nuestras mujeres han aumentado el trabajo doméstico no remunerado y se les suma la preocupación por poder subsistir dentro del hogar y responder al contexto de la pandemia.

Nuestros niños y niñas y jóvenes, que anteriormente no contaban con acceso igualitario a la educación ni con espacios de recreación se han visto en la situación de tener que permanecer encerrados en las casas y suspender sus estudios, o realizarlos desde el hogar, algunos sin contar con los equipos necesarios para poder hacerlo (celular, laptop, internet etc..)

Esto ha creado un caldero a fuego lento para la aparición y la exacerbación de los trastornos mentales. La única posibilidad para que nuestros pueblos puedan gozar de salud verdadera es un cambio total de sistema, donde el acceso a la salud y la educación sea igualitario y donde todos los integrantes de la sociedad puedan cubrir sus necesidades básicas sin sufrir de ansiedad y depresión.

Referencias:

La salud mental de América Latina se resiente durante la pandemia: https://elpais.com/sociedad/2021-08-06/la-salud-mental-de-america-latina-se-resiente-durante-la-pandemia.html

Salud mental en Colombia: una aproximación desde las estadísticas oficiales en el contexto de pandemia https://www.dane.gov.co/

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