Por: Ruddy Camejo
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19, avanza por todo el planeta sumando más de 4 millones de fallecidos y cerca de 186 millones de personas infectadas.
Preocupados por las variantes del virus y el nuevo aumento, la OMS y los funcionarios de salud en muchos países del mundo, extienden el llamado a las personas a mantener el uso de mascarillas, mientras los nuevos bloqueos y prohibiciones de viaje entran en vigencia de Australia a Bangladesh, de Sudáfrica a Portugal.
La Unión Europea ha implementado en los últimos meses, pases de viaje digitales para liberar a las personas de algunas restricciones de viaje al demostrar que están completamente vacunadas, que recientemente dieron negativo en la prueba del virus o que se han recuperado recientemente de la infección.
En el mundo han administrado más de tres mil millones de dosis de vacunas, lo que equivale a 40 por cada 100 personas, aunque el ritmo sigue siendo lento en los países pobres, especialmente en África.

El país más con el registro de más casos sigue siendo Estados Unidos, con más de 33 millones de contagios y de 600 mil fallecimientos, seguido de la India, convertido en el segundo país con más infectados con más de 30 millones de diagnósticos y 400.000 muertos, y de Brasil, que supera los 19 millones de infecciones y los 530.000 decesos. El ritmo de contagios en el mundo aumenta, por segunda semana consecutiva con 2,6 millones de nuevos contagios en los últimos siete días, según el último informe epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuente: Universidad Johns Hopkins.
Los fallecidos, mantienen su tendencia descendente, en comparación con Octubre de 2020, el pico más alto, apenas 54.000 muertes entre el 28 de junio al 4 de julio.
Salvo el continente americano, donde los contagios han disminuido un 13 %, el resto de las regiones reportaron incrementos en los casos semanales de coronavirus. En Europa, los casos han aumentado un 30 %, en África 15 % y 7 % en el Sudeste Asiático, con Camboya, Fiji y Malasia a la cabeza.

Pese a encontrarse en sus valores más bajos, la mortalidad semanal ha repuntado en todo el mundo, salvo en América y el Sudeste Asiático. En África, las muertes crecen por sexta semana consecutiva y ha reportado un 23 % más de decesos que la semana anterior. Fuente: Universidad Johns Hopkins
En cuanto a las muertes globales, América y Europa suman más del 77 % de las que se han producido en el mundo, mientras que Asia, el continente donde surgió la pandemia, reporta cerca del 19 % de fallecidos.
A principios de junio, Perú llevó a cabo una revisión de sus datos que supuso la incorporación de más de 115.000 fallecidos por coronavirus a su estadística oficial. Con más de 190.000 muertes registradas, el país suramericano se ha convertido así en el de mayor tasa de mortalidad del mundo.
Con todo, el recuento oficial de muertes por COVID-19 es sin duda inferior al exceso de muertes reales. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las cifras reales de muertes por el coronavirus son 2 o 3 veces superiores que el recuento oficial, consecuencia del colapso del sistema sanitario de muchos países y que ha impedido un seguimiento fidedigno del impacto de la enfermedad.

Sin embargo el coronavirus, ha tenido una letalidad desigual en cada territorio:
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- Estados Unidos, Brasil e India son los tres países con más fallecidos en términos absolutos,
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- La comparación entre las muertes de países con más de 1 millón de habitantes en relación con su población revela que Perú es el que presenta una tasa de mortalidad más elevada, con 606 decesos por cada 100.000 habitantes.
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- España, que llegó a ocupar el segundo puesto en el ranking de países con más bajas, reporta actualmente una tasa de 170 fallecidos y ya no está entre los veinte con más mortalidad.
Circulan opiniones que relacionan este aumento de casos, sobre todo el países que han alcanzado más del 50% de su población vacunada (Bahréin, Mongolia, entre otros), a la ineficacia de las vacunas frente al virus, sobre todo negativos señalamientos a las vacunas fabricadas en China (Sinopharm y Sinovac Biotech) por no combatir de manera completa la enfermedad en las personas que ya tienen las dosis y que deberían gozar de “inmunidad plena”.
Lo que se obvia son factores subjetivos como el incumplimiento de medidas sanitarias de parte de los ciudadanos al sentirse “seguros” con la vacuna, asisten a eventos, no utilizan la mascarilla y se saltan el distanciamiento. Otro factor que influye es la aparición de nuevas variantes que cada vez son más letales y menos controlables en el corto plazo.